martes, 13 de marzo de 2012
Gonzalo said
Debería comenzar la entrada hablando sobre lo fantástico que fue regresar al colegio, la nostalgia de volver a pisar esos claustros que, si hablaran, tendrían millones de historias deslumbrantes que contar, de lo satisfactorio que fue encontrarme con mis amigos, de lo gracioso que fue criticar a los nuevos profesores con ellos, y de lo placentero que fue haber comido chocolate juntos.
Pero hubo una frase, que tendré que citar a cambio.
Caminábamos regresando al aula al finalizar el recreo, y salió el tema de él, del que me enamoró, me estupidizó y me humilló. Nos alegrabamos de lo lindo porque no había logrado reincorporarse al colegio, y no tendría que verle nunca más la cara. Y mi amigo dijo:
NADIE que le haya hecho mal a Musti tiene derecho, o podría siquiera pisar el mismo lugar que ella.
Y es que algunos tenemos alguna especie de escudo protector contra las malas personas.
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Es cierto :) Me he identificado con cómo describes la vuelta al colegio y en eso de que algunos tenemos un escudo protector contra las malas personas (estos últimos creo que somos los más afortunados del mundo) :)
ResponderEliminarUn guiño ;)
Uh gonzalo cuando sale con esas cosas JAJAJAJA dios, anyways tiene razón el man.
ResponderEliminarOish, qué bonito y dulce tu amigo.
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